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Bien podría retomar este espacio con un «Cómo sí escribir» según Drácula de Bram Stoker, pero eso sería demasiado ensayístico para un libro de este tipo. El vampirismo en la literatura no comenzó con Stoker; hay referentes magistrales como Carmilla de Sheridan Le Fanu publicada en 1872 y que recomiendo con toda la vehemencia que me es posible. El mito vampírico es antiguo y está arraigado, y sin embargo creo que hay un motivo por el cual este Drácula es y será el vampiro definitivo, quizá la historia vampírica más impactante y atemporal de todas. Así pues, ¿dónde reside su poder? Aquí el libro, de la editorial Akal La edición que he leído con prólogo y notas de Leslie Klinger, muy alabada y sin duda muy cuidada, destaca por una proliferación de anotaciones que explican, elucubran y analizan elementos de la novela como los espacios reales, los tiempos, los ciclos de la luna o los tratamientos médicos; incluso si tal decisión es acertada o no, o si este personaje se equivoca en su diar
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Nada es absoluto y el arte escapa muchas veces a toda norma, pero en líneas generales creo que existen pautas que sí pueden ayudarnos a escribir algo mejor. Así, presento mi guía personalísima de «Cómo no escribir» a partir de la novela Luz virtual de William Gibson. Porque de los malos libros también podemos aprender.  Con lo guay que parece ... No escribas: ·Universos vagos.  Luz virtual transcurre en un universo cyberpunk donde se habla de conceptos, sucesos y personajes desconocidos que sin embargo no se explican o bien se desvelan veinte páginas más tarde. Si no hay un marco claro y desarrollado desde el inicio, el lector sentirá desconcierto y perderá el interés. Basta de soltar nombres y dejar caer datos sin referencias ni contexto para que se note que te lo has inventado. No siempre hay que intentar sorprender, sino solo contar. No seas evasivo, sé directo. ·De forma ilógica.  Suena a ciencias pero no, es literatura. Las historias deben ser lógicas y coherentes. Para desarrol
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Petersburgo es el nombre de posiblemente la mejor novela de Andréi Bely y una de las más destacadas (y desconocidas) de la literatura europea del siglo veinte. Publicada por entregas entre 1913 y 1914, tuvo su edición completa en 1916, aunque fue décadas más tarde cuando empezó a revalorizarse gracias, cuenta la leyenda, a Vladimir Nab okov. Esa, bueno, es otra historia. Aquí la edición que he leído La trama se desarrolla en las veinticuatro horas (pero ¿realmente son veintiacuatro horas?) que van del último día de septiembre al primero de octubre de 1905, año en que se produjo una primera revolución en ese gran Imperio Zarista que se extendía hasta Finlandia. Lúcida y evocadora, Petersburgo es de una admirable belleza y de una originalidad narrativa que la relaciona, aseguran, con las vanguardias literarias. Sin embargo, Petersburgo se encuentra en mi opinión más hermanada con la tradición rusa y su inigualable sentido de la tragicomedia, el surrealismo propio de Gógol y el costumb
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El sábado catorce de mayo se celebró la edición número 66 del Festival de Eurovisión en Turín dentro de un contexto europeo marcado por la guerra ruso-ucraniana. Cumpliendo con todos los pronósticos, la ganadora ha sido Ucrania, que presentó una especie de rap folclórico con nombre de mujer, Stefania , a cargo del grupo Kalush. Muy discretos los ucranianos Este año la sorpresa nos la hemos llevado los españoles al conseguir un tercer puesto por detrás de Reino Unido. Tras la polémica que despertó SloMo por su letra (dicen que) machista y las críticas a la propia cantante por interpretarla, su éxito en Europa es casi una demostración de justicia universal hacia una chica a quien se le nota la ilusión y que no tiene que pedir disculpas por ser bella y sensual, es que solo eso faltaría.  Dicho esto, a continuación dejo mi pequeño ranking de las mejores canciones de Eurovisión 2022. No es que todas me apasionen, pero había que elegir. Ánimo, que es corto. 5 . España No soy fan de la músic
El otro día paseaba junto a un parque y vi que una niña de unos seis años caía casi de bruces al tirarse por el tobogán. En el suelo y tal gato que se lame solo las heridas, se miró las manos y se las frotó despacio, puede que en un intento de calmar el daño que se había hecho. Su expresión era austera, callada. A mi alrededor nadie parecía preocuparse por ella y desde luego nadie fue a ayudarla. Me fijé en que había un hombre fuera del parque que se apoyaba contra el muro que bordea el paseo y que, inmutable, miraba el móvil. La pequeña se puso de pie y se sacudió las rodillas; me dio la impresión de que era una forma tanto de limpiarse los pantalones como de comprobar por sí misma que el golpe no era grave. Yo tuve que seguir adelante, pero me giré interesada. La niña salió de la zona de juegos y cruzó hasta el otro lado en busca del hombre del teléfono. Creo que levantó brevemente la cabeza del móvil mientras la niña se ponía a su lado casi con timidez. Me quedé atónita. Cuando volv
Se llevan muy bien. De su zona de trabajo saltan risas, conversaciones alegres y confidencias familiares. «Tú sabes que mi hijo…». «Te acuerdas de que hace tiempo...». Cariño, cielo, mi niña, chiqui. Solo salen de sus bocas palabras tiernas y mimosas, en una camaradería de gallinero organizado a la perfección donde las disputas no sobreviven, no llegan a nacer, o en todo caso son cuestiones laborales que les resbalan. Así un día y otro día, hasta que de repente pasa algo, lo que sea, y esa afabilidad se convierte en odio. Estábamos todos pasmados mientras oíamos la discusión. Las voces con rabia, dolidas, se tiraban entre ellas, algunas más que otras, ofensas pasadas y rencores que parecen muertos pero que están muy vivos. «Somos malas», llega a decir la voz dominante, la más ofendida. «Somos malas porque lo tenemos ahí». Este es un caso real, no es ningún cuento, y como suceso verídico nos hace pensar en el tipo de relaciones que mantenemos con los otros. Hasta qué punto somos sincero
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H oy quiero hablar de un hombre. Este hombre, qué te creías Coprotagonista o antagónico según se mire del anime Slam Dunk de Takehiko Inoue, Kaede Rukawa no solo destaca por ser una estrella del baloncesto sino por su físico arrebatador de ojos azul oscuro y cabello negro. Normal que Rukawa sea el ídolo del instituto Shohoku, lo que provoca momentos hilarantes de humor con su ejército de admiradoras y cheerleaders que se derriten ante cualquiera de sus palabras, gestos o jugadas. Por su actitud introvertida, solitaria y asocial, cualidades que sin duda lo definen, puede pensarse que responde al cliché de tipo frío y prepotente, pero no te dejes guiar por la fachada ni por las primeras impresiones, porque este chico no es lo que parece. En realidad lo aman, en serio A pesar de que carece de falsa modestia y por lo tanto sabe que tiene talento y actúa en consecuencia, una de sus características más llamativas es que nunca presume ni se vanagloria de sus éxitos ya sean dentro o fuera de